
Goles
Manchester United:
Gibson
Nani
Nani
Bayern Munich:
Olic
Robben
Ahí, en El Teatro de los Sueños, el Bayern Munich detuvo al otrora poderoso Manchester United y le allanó el camino al favorito Barcelona, de Lionel Messi, ahora con la visión más clara para levantar nuevamente La Orejona, al quedar con vida, en teoría, rivales más “accesibles” en la ronda de semifinales de la Champions League.
En un suspiro, el concierto inglés, con duración de 40 minutos, había borrado al conjunto alemán. Tres destellos futbolísticos que iluminaron Old Trafford, arropado por 75 mil almas que intuían una goliza de escándalo sobre el navío teutón.
Pequeño detalle: olvidaron la fortaleza germana, encausada en nunca darse por vencida. Y el Bayern se recuperó, con un par de goles, para eliminar al ManU.
De los cuatro calificados a la ronda decisiva, Barcelona luce con todos sus dientes, ávido de beber la copa, el 22 de mayo en el mismísimo Santiago Bernabéu. Su próximo adversario será el Inter de Milán, mientras el Bayern Munich y el Olympique de Lyon disputarán el otro boleto a la final.
Ayer, el prestigioso club alemán hizo efectivos sus argumentos para silenciar el escenario británico. Lo hizo a partir de la inspiración del croata Ivica Olic, autor del primer gol del Bayern sobre el minuto 42, y del talento del holandés Arjen Robben (74’), quien finalmente aprovechó la superioridad numérica que le dejó al Munich la ansiedad del joven brasileño Rafael da Silva, expulsado (49’), tras detener por detrás al francés Frank Ribery, lo que mermó a los ingleses, en clara desventaja.
El gesto obligó a Alex Ferguson a sustituir a Wayne Rooney por John O’Shea, lo que transformó la historia en un drama jamás imaginado por la afición local.
Y es que mucho antes de la sucesión de incidentes, el Manchester United había paseado al Bayern Munich. Aún con el alarido del silbatazo final, el club anfitrión borró, en el minuto 3, la endeble ventaja que había cosechado el equipo bávaro en la ida (2-1), situación que instalaba a los Red Devils en la siguiente fase de la Champions.
El entrenador del Manchester, Alex Ferguson, sacó de la chistera un conejo llamado Wayne Rooney, aparentemente descartado por una lesión.
Ya fuera por el “efecto Rooney” o por la presión del United, los jugadores del Bayern parecieron estar todavía en el vestuario, cuando Darron Gibson adelantó a los Diablos Rojos e instantes más tarde, el portugués Nani amplió (2-0) la cuota, gracias a un vibrante gol de taquito, tras un desborde de Luis Antonio Valencia por derecha.
Ambas jugadas arrancaron de las botas de Rooney, con todo y que se la pasó cojeando todo el primer tiempo.
El 3-0 parecía matar al Bayern, gracias a un despiste colectivo de la defensa alemana, que permitió al ecuatoriano Valencia servir desde la derecha un balón que cruzó todo el área para que Nani rematara a placer ante Hans-Jorg Butt.
Old Trafford era una fiesta, pero fiel al mito, el Bayern resucitó y transformó aquello en silencio y decepción.
El conjunto bávaro vengó de la manera más dolorosa posible para los Diablos Rojos la derrota de la final de 1999 en el Camp Nou de Barcelona, porque el conjunto de Alex Ferguson se sintió clasificado antes de tiempo y el de Louis van Gaal volvió a contar, como en octavos ante Fiorentina, de la mano de Robben.